EL CINE DE MI VIDA 10… SUSPENSE, INTRIGA, DOLOR DE BARRIGA

  Han tenido que pasar ya varios artículos de esta sección para poder al fin enviar éste que para mí es muy especial,(haciendo un alto en el camino de las trilogías ochenteras )y más teniendo en cuenta que coincide con el segundo aniversario de la revista; así que llegados a este momento qué mejor manera de celebrarlo  que escribiendo sobre mi director favorito, no exagero si digo que al menos una vez en mi vida he visto todas sus películas, e incluso la que se hizo de su vida, interpretada por el magistral Anthony Hopkins, no se podía haber elegido mejor actor, británico al 100% y cuyo parecido, es más que destacable, debido al gran trabajo de los profesionales de maquillaje y caracterización que consiguen que los espectadores veamos al mismísimo Hitchcock, que ha vuelto del más allá para contarnos a través de una biografía como se han gestado las que para mí son las mejores tramas  en el género del suspense.

Creo que ya sabemos a quién me estoy refiriendo, mencionado anteriormente, pero por si alguien todavía no lo sabe, no es sino el magistral: Alfred Hitchcock, director británico, excéntrico, estricto, pero para mí personalmente el mejor de aquella época de Hollywood, pero cuya trayectoria transcurre en el otro lado del charco y que, sí no me equivoco, trabajó con casi todos los actores de moda, así como descubrir a grandes estrellas de Hollywood: Tippy Hedren (madre de Melani Griffin), James Stewart, (con el que rodó creo que unas 4 o 5 películas) Kim Novak…y un largo etcétera.

No hay espacio suficiente para hablar de todas sus grandes películas así que nos quedaremos con aquellas que para mí forman parte de mi vida, como hasta ahora he hecho con todos los artículos publicados.

Empezamos con la archiconocida

Psicosis:

Esta, es sin duda, creo que la mejor de todas, una obra magistral del cine, que hay que saber verla, si no me equivoco, creo que es una de las únicas, innovadoras, en las que la protagonista muere al principio (espero no estar haciendo spoiler), del film, en una de las escenas más escalofriantes del celuloide, esa ducha en blanco y negro en las que una mujer se está relajando después de parar en un motel en mitad del camino, y esa música que suena a la vez y, que te eriza el pelo con solo oírla, ya es para considerarla, magistral.

El personaje obsesivo compulsivo y dominado por su madre, Norman Bates, consiguió convertir al actor que lo interpretaba en todo un fenómeno mediático.

Les comento una pequeña anécdota, un familiar me dijo que cuando la película fue estrenada en el cine, allá por los años 50, la sala se estremeció al ver esa escena de tal manera que hubo mucha gente que incluso llego a tener miedo de meterse en una ducha, así era Hitchcock, capaz de crear esa Psicosis en la gente que veía sus películas.

Los pájaros:

Quién le iba a decir a un pequeño pueblo americano que sus vidas iban a cambiar de la noche a la mañana por el comportamiento extraño de unas aves que a simple vista son de lo más pacificas, pero un día de repente se encuentran que no lo son tanto, se vuelven violentas y empiezan a atacar a los ciudadanos de esa localidad y deben refugiarse en sus casas e impedir que esos seres que hasta hora convivían de manera cordial con los humanos, no les causen un daño irremediable. La escena que más recuerdo es la de cuando el protagonista se está tomando algo en el bar del pueblo, y por la ventana observa como un transeúnte va a repostar a una gasolinera, y es atacado por uno de los pájaros y como deja caer el surtidor de la gasolina, y ésta cae al suelo derramándola, provoca una tremenda explosión cuya deflagración e incendio se lleva por delante todo lo que encuentre a su paso.

La ventana indiscreta:

Actor protagonista por excelencia de este gran director, no es otro que James Steward, con el que también trabajo en “El hombre que sabía demasiado” y “Con la muerte en los talones”, en la que en ambas los lleva a una situación límite.

Pero de la que voy a comentar es la que para mí personalmente es una de las mejores, en esa ocasión un hombre, por causas ajenas a él debe permanecer en su domicilio sin poder salir sentado en una silla de ruedas delante de un ventanal en el que con un telescopio pasa las horas muertas vigilando espiando, aquí que cada uno lo interpreta como quiera. a los vecinos del bloque de enfrente, y claro pues, resulta que es testigo inesperado de un supuesto asesinato, y ahí es donde empieza la odisea de nuestro protagonista, primero para que la persona que lo visita asiduamente, crea lo que ha visto, y segundo, para que el asesino no descubra que alguien casualmente, lo ha visto haciendo algo que no debe.

Como conclusión, se decía en los ambientes de Hollywood de aquella época que todas las grandes estrellas querían trabajar con él, pero que también sabía de lo difícil y extremadamente complicado del carácter que tenía, que era capaz de repetir una escena una y una y mil veces más hasta la saciedad para que quedara como él quería que fuera, que si alguna actriz o actor no le gustaba lo cambiaba sin que nadie del equipo de producción fuera capaz de enfrentarse al genio y, todo eso consiguió encumbrarle, como uno de los mejores en su trabajo, convirtiéndolo en una leyenda viva del cine.

IRENE CARAZO

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