VENTANAS DE LA CULTURA(9)… HOMENAJE A MARIO BENEDETTI

Te leo para reconocerme, te escribo para recordarte

Como habitantes de la aldea global, formamos parte de un todo, pendidos por nexos invisibles que no saben de tiempos ni de espacios, ¡me reencuentro en tus letras! Me coloco el traje que elaboraste a mi medida y te reconozco fábrica de utopías, hacedor de sueños y constructor de añoranzas. Tomo en calidad de préstamo literario títulos, fragmentos, frases de tus obras para elogiar tu Ser y Hacer.

“Cómo hacerte saber” mi admiración por tu vida, que mis letras penetren a las profundidades de tu obra y logren dejar impresa una pincelada que adorne y enaltezca tu recuerdo. Elogiar tu prolífera e intrincada producción literaria y la huella imborrable que dejaste en quienes hemos tenido la suerte de conocerte a través del camino transitado, reconociéndote como uno de los escritores más prolíferos de la comunidad hispanoamericana, cuya obra ha sido universalizada, enalteciendo el nombre de Uruguay, despertando conciencias y sensibilizando el alma.

Fuiste un sembrador de palabras, supiste encontrarlas, regarlas, cultivarlas, usarlas mágicamente como trampolín para producir ideas, contextualización y conocimiento histórico. Dijiste: “que negar palabras implica abrir distancias”, por eso con este escrito, deseo que mi voz llegue hasta el infinito, donde seguramente te encuentras narrando y escribiendo sobre la eternidad, constatando tu idea de “Si Dios fuera mujer” Puedo escucharte en la laconia del tiempo: “no cabe duda, esta es mi casa”. La cual invariablemente haz encontrado, porque como bien dijiste: “El sur también existe”.

Tus progenitores te otorgaron cinco nombres para que pudieras escoger el que mejor se acomodara a tu personalidad y carácter y te diera ese toque distintivo de imborrable.  Cual cascada que fluye y escalinata que lleva al cielo: “tengo buena suerte de oírte”.

Tus genes fueron prodigiosos, marcaron en tu rostro una sonrisa bonachona, que invitaba a soñar: “contra el optimismo no hay vacunas”; “Defender la alegría como un principio…como un destino…como un derecho…de Dios y del invierno”. Ojos soñadores, veloz de pensamiento y una inmensa capacidad de amar.

Los trajes confeccionados en la sastrería de las palabras te vistieron de poeta, cuentista, novelista, dramaturgo, ensayista, periodista, cinematógrafo y analítico de los sistemas políticos y sociales de tu país. “Te quiero porque tu boca sabe gritar rebeldía”, “porque en mi país, la gente viva feliz, aunque no tenga permiso”, “tus poemas saben a calle y corazón partido”.

El uso, combinación y elementos del vocabulario, fueron los hilos que tejieron las ideas emanadas de un pensamiento progresista, patriótico y crítico. Las tijeras se utilizaron para cortar retazos, fragmentos que fuiste acomodando en la concitación de ideas, con “táctica y estrategia” que pudo “construir… un puente indestructible”, mismo que permitió el tránsito de emociones albergadas en “coraza corazón” y pensamiento, alargaste tu existencia, “porque la noche está de ojos abiertos”.

Los botones y cremalleras se usaron para unir solapas, abrir y cerrar ideas que germinaban incansablemente, eras como un pozo fluyendo literalmente en más de ochenta producciones literarias traducidas a más de veinte idiomas; la metáfora e imágenes que adornaron la sinopsis. “jugué a la mancha y era de sangre”, “me dieron picana…demasiado dolor para que te lo oculte”. 

“Gracias por el fuego”, “la tregua”, “primavera con una esquina rota” incendio provocado por el calor del mensaje y la inmortalidad de tus letras; por ese músculo literario que fortalecías al ejercitarte en cada producción, demostrando que tanto la historia como el lenguaje son inacabados, siempre en constante evolución y desarrollo, “siempre es una meseta con bordes con final”, “entre siempre y jamás, fluye la vida”.

Poeta comprometido y comprometedor con sus palabras, viviste el exilio político, escribiendo como válvula de escape, experimentando el dolor de tu patria: “Despabílate amor /que el horror amanece”.  “Versos para rumiar” lo ejemplifica: “Arrímate a tu sol…arrójale esa cáscara al espejo…búscate en la quimera de los otros…” Pisaste el terreno de la canción popular, tus letras han sido musicalizadas por artistas de diversos géneros y contextos. Seguimos escuchándote, deleitando nuestros sentidos y emociones con tu voz hecha poema, llegando hasta nosotros en las voces armónicas de los cantantes que se convirtieron en portadores de la génesis de tus objetivos: Juan Manuel Serrat, Tania Libertad, Daniel Viglietti, Luis Pastor, Nacha Guevara, Pablo Milanés, “Concierto a dos voces con Viglietti, entre otras.

Tu ingeniosa elaboración de tropos, juegos de palabras, relaciones reiteradas de vocablos que parecerían opuestas a sus significados, creando expresiones que se convirtieron en parte del habla cotidiana:

“somos mucho más que dos”, “te acerques y te mires… te mires al mirarte”. “Cada palabra tiene su color, vale por sí misma, y el lector tiene derecho a someterla a un análisis exigente, microscópico”.

Todos y cada uno de los personajes y escenarios descritos y narrados magistralmente por su ingeniosa pluma, nos permiten visualizarnos en un espejo donde podemos ver reflejada nuestra propia vida.

CUQUIS SANDOVAL

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